Saturday, September 04, 2004

Bridget Jones y Mr. Bean

Siempre he dicho que soy una mezcla entre Bridget Jones y Mr. Bean. Y aquellos que me conocen bien (que no son muchos) están totalmente de acuerdo conmigo. Cuando leí hace ya tiempo el libro que narraba el diario de Bridget Jones me sorprendió la cantidad de cosas que tenía en común con el perfil de la protagonista: treinteañera, soltera, no sujeta al estereotipo de la mujer perfecta que suele ser común en la mayoría de las películas norteamericanas, buscadora empedernida de la felicidad, coqueta sin llegar a ser obsesiva (conocedora de sus limitaciones), protagonista de una larga lista de situaciones caóticas, etc... Desgraciadamente, el paralelismo se esfuma cuando llegamos al final del libro. Como sucede en gran parte de los relatos ficticios que luego se plasman en una película, toda la historia acaba desembocando en un final feliz. La protagonista consigue el trabajo de sus sueños, encuentra al hombre ideal, bla, bla, bla. Con lo bien que íbamos hasta ahí.

En cuanto a Mr. Bean, la coincidencia se basa en la capacidad que tiene de verse inmerso en situaciones que rozan el límite con lo esperpéntico. Por alguna razón que no llego a comprender, mi vida está salpicada con un montón de episodios dignos de convertirse en guión de la secuela de cualquiera de las dos películas que he mencionado.

Por eso he decidido crear un apartado con el título de "desastres" donde iré comentando esas "pequeñas" aventuras. Cuando se las he contado en persona a mis amigos, hemos compartido un buen rato de risas (siempre he creido que es muy sano reirse de uno mismo) así que si consigo que aquellos que lean este blog esbocen también una sonrisa, habrá merecido la pena.